Leer a Poe es un placer en muchos sentidos. A veces este autor
puede estimular nuestra imaginación, a veces provocar angustia
y terror como pocos. A menudo nos hace reflexionar sobre temas que
nuestra mente prefiere ignorar. Esta recopilación en formato
de bolsillo se trata de la mitad de la obra de Poe que Editorial
Columna publicó hace unos años en formato de lujo
(en catalán). Quizás este primer volumen contiene
algunos de los cuentos más famosos de Poe, pero sólo
son una selección. Queda todavía bastante para leer
de este autor tan influyente en la literatura contemporánea
de su época.
Edgard Allan Poe escribió buena parte de su obra entre 1830
y 1850, fechas que tontean con el romanticismo. Me imagino a Poe
escribiendo en aquella época: Debía parecer un transgresor,
un escritor demente que narra desventuras de fantasmas, que habla
directamente sobre la muerte, la oscuridad o la tortura. Pero también
fue un autor que influenció notoriamente a otros años
más tarde. Estoy convencido que gente como Arthur Conan Doyle
o H.P. Lovecraft siguieron la obra del americano. Su influencia es evidente.
Pero el autor no deja der ser un gentleman, un escritor que se
mueve en ciertos círculos; los escenarios que describe y
los personajes son normalmente gente con dinero, cultos, nobles.
Pocas veces trata con la gente de la calle. Quizás quería
demostrar que a todo el mundo le puede pasar cualquiera de las pesadillas
que describe, incluso a la gente que se siente más segura.
Poe fue un magnífico escritor: Tanto podía relatar
una historia convencional con aires biográficos como tratar
otra con toques periodísticos y de ensayo (El enterramiento
prematuro, El diablo de la perversidad). Habla de temas
recurrentes como la muerte, la venganza, la perversidad, este sentimiento
que parece que le guste tanto (El corazón revelador, El demonio de la perversidad, El gato negro) o el
amor obsesivo (El relato ovalado, Berenice). Además
a Poe le gusta escribir en primera persona para enfatizar la sensación
de miedo y de las experiencias vividas en la propia carne.
Otra faceta de este prólifero cuentista es que a menudo
busca el equilibrio entre la fantasía y la ciencia, entre
las experiencias fantásticas y las empíricas o demostrables
científicamente. Incluso de atreve (con acierto) con el relato
policíaco (Los crímenes de la Rue Morgue, La
carta robada).
Pero hablemos de los cuentos, propiamente dichos:
La máscara de la muerte roja parece una aproximación
a la conciencia colectiva bajo la excusa de la presencia de la muerte
que te ronda. Un cuento curioso y llevado con talento, quizás
demasiado metafórico pero interesante. Muy parecido también
a Sombra otro cuento que se basa en la presencia de la muerte.
Demasiado corto y poco explotado sin embargo. El Enterramiento
prematuro también tiene obviamente mucho que ver con
este tema. La obsesión por la muerte lleva a Poe a describirnos
en primera persona diversos casos "documentados" de enterramientos
prematuros y como colofón el del mismo protagonista. Angustiante,
profundamente psicológica y muy bien escrita. Pero quizás
este punto queda mejor reflejado en El caso de M. Valdemar,
una original historia sobre hipnotismos antes de la muerte. Poe
podría haberse recreado más en este tema que encuentro
muy bien llevado. Angustia, suspense, un cuento dónde otra
vez el autor se mueve entre el mundo fantástico y el científico
ofreciéndonos escoger con cuál nos quedamos. Y también
en El hundimiento de la casa de Usher experimenta con las
descripciones enfermizas de la casa familiar de Usher y de sus habitantes
en una historia que también investiga sobre los miedos y
las obsesiones con la muerte.
Las obsesiones, sobre todo en personas físicas, son otra
de las características de algunas de sus obras. En El
retrato ovalado, nos habla de las sensaciones y los sentimientos
donde un una chica vuelca su esencia en un cuadro hasta límites
insospechados. En Berenice, la historia trata sobre los límites
de la obsesión. Interesante es como Poe describe las maravillas
para después pasar a recitar los horrores más extravagantes,
quizás para reafirmar los contrastes. También encontramos
este tema reflejadot en Guillermo Wilson otro ejemplo del
terror que puede provenir de dentro, de la doble personalidad y
la obsesión que puede ocurrir en esquizofrenia. Un relato
quizás demasiado largo |para el jugo que se saca al final
pero escrito con la maestría de siempre.
El Pozo y el péndulo es una de las obras maestras
de la recopilación, donde Poe nos muestra el terror en su
estado sublime: El de la ignorancia de no saber qué pasará,
el de no ver que tienes en frente pero también el de comprobar
como la muerte se acerca lentamente. Quizás con un final
demasiado rápido pero sin duda una obra tétrica y
malsana.
Esta palabra, "malsana" me hace pensar con otra que le
gusta utilizar en Poe: "perversidad". Este sentimiento
es usado por ejemplo en El corazón revelador, otra
obra que juega con el miedo a la oscuridad y el trauma psicológico
de una muerte. Bien resuelta y bien descrita es un claro ejemplo
de su detrezapara recrear situaciones escabrosas y inverosímiles. El Gato negro no deja de ser otra versión de este
último cuento. Se basa en experimentar con la perversidad
al mismo tiempo de abordar el tema del asesinato. Un cuento que
sigue las mismas premisas: Miedo, Muerto, entierro, autosatisfacción
e histeria. Pero el autor cuenta también con El diablo
de la perversidad, un relato que más parece un ensayo
sobre las emociones humanas y que es presentado más de forma
periodística que como narración. Poe intenta justificar
un sentimiento como la perversidad, según él, inherente
a la condición humana. Parcido en El Corazón revelador pero las justificaciones de Poe llegan a cargar demasiado el texto.
También encontramos sitio para temas como la venganza como El barril de amontillado, una historia simple y tétrica
como ella sola. La venganza servida fría en una intento de
recrear un emparedamiento con un final que resulta quizás
demasiado rápido.
Más todavía: Aventura pura y dura como la de El
escarabajo de oro. ¡Ah! Tenemos aquí una de aquellas
historias clásicas que nunca envejecerán del todo,
apta para todas las edades y condiciones y alejada de las obras
más oscuras de Poe. La búsqueda del tesoro, la simpática
y entrañable manera en que los protagonistas descifran el
críptico mensaje del pirata
todo eso es parte de la
historia juvenil de todos. En mi caso la criptología del
mensaje de El escarabajo de oro es el hecho de que caló más
en mí la primera vez que leí esta historia. Disfrutaba
tanto como descifrando las runas de El
Hobbit. Un clásico pues. Quizás una de las historias
más conocidas de Poe, curiosamente sin elementos sobrenaturales
o de terror, pero que queda en la mente de todos por el proceso
deductivo que utilizan los protagonistas para descifrar el misterio.
Y tampoco falta, hablando de deducciones, otro clásico como Los crímenes de la Rue Morgue donde también
el proceso deductivo es en este cuento el verdadero protagonista.
Poe nos ofrece una historia policíaca donde un estimable
investigador (Monsier Dupin) tiene que descubrir como se
han cometido unos crímenes desmesurados a más no poder
utilizando la lógica y las pruebas que encuentra en la escena
del crimen. Un antecesor, sin duda, del mítico Sherlock
Holmes, que años más tarde crearía Sir
Arthur Conan Doyle. En este caso, Poe nos sumerge en los barrios
bajos de París para traer un cuento tenso e irónico
a la vez. Sin duda, una de las obras más conocidas de este
autor. La carta robada es otro caso que tiene que solucionar Monsieur Dupin. Esta vez no se trata de ningún asesinato
si no de conocer donde está escondida una carta robada. Poe
utiliza este cuento para reflexionar sobre las obviedades, para
realizar un pequeño ensayo encubierto sobre las evidencias,
los métodos y la psicología de ciertos cargos. Ciertamente
a veces el autor resulta demasiado exagerado con sus afirmaciones,
pero no deja de ser un cuento simpático.
Un descenso dentro del Maelstrom es un curioso relato que
profundiza en el terror que pueden causar los fenómenos naturales.
Muy épico y quizás un poco exagerado pero me llama
la atención las explicaciones científicas que utiliza
Poe para evidenciar que la aventura podría darse de verdad.
La narración, como de costumbre en primera persona, esta
vez recae en un pescador noruego que se ve inmerso en la vorágine
de un remolino monstruoso. Una vez más pues, Poe mezcla el
misticismo y el terror con el razonamiento científico. Quizás
un poco al contrario de Manuscrito hallado en una botella,
una visión fantástica de una tormenta tropical y de
su contenido. Un cuento llevado con la habitual maestría
del autor pero que esta vez queda un poco inacabada, sin un final
digno. El terror al desconocido y a los grandes fenómenos
naturales se mezcla con una visión fantástica del
mismo tema. Poe nos abre las puertas a interpretar el cuento como
un hecho verídico o como una locura, como tantos otros.
Conversación entre Eiros con Charmión es quizás
el únic cuento con un argumento claro de ciencia ficción,
en este caso, en clave catastrofista. Se trata de una descripción
más o menos esmerada de los últimos días de
la vida en la Tierra por el choque inminent de un cometa. Parece
mentida que ya Poe tuviera la imaginación de tratar este
tema hace 150 años.
Dejo para el final dos cuentos muy cortos que cuesta valorar tanto
por su escasa amplitud como por el barroquismo que impera: Eleonora,
una historia sobre prometidas incumplidas. Quizás uno de
los más flojos de la recopilación y Silencio,
un cuento muy corto y metafórico en clave fantástica
donde aparece el diablo. No es de los mejor de la antología.
|